El paraje de Boszhira es uno de los lugares más bellos de Kazajistán, compuesto por una cadena de formaciones rocosas de distintos tamaños y formas. También se encuentra aquí la montaña homónima, cuya cima alcanza los 287 metros. La entrada al paraje está precedida por unas peculiares “colmillos” de roca, que se han convertido en la tarjeta de presentación del lugar.

En uno de los dialectos kazajos, la palabra boszhira significa “valle pálido” o “tierra gris”. En este valle hay tanta luz, color y ritmo que corta la respiración. Parece como si la naturaleza hubiera dado rienda suelta a su imaginación, creando un paisaje sorprendente. La cordillera se sitúa en el fondo de un enorme cañón, lo que intensifica aún más el efecto visual.
La historia de Boszhira está estrechamente ligada al océano Tetis y a las criaturas que lo habitaron. Durante millones de años, el océano cambió, dejando al descubierto la tierra en unos lugares y cubriéndola en otros.
Todas las formaciones rocosas del paraje están compuestas de arenisca y capas de creta.

En toda la zona todavía se encuentran con frecuencia algas fosilizadas, conchas, restos de moluscos e incluso dientes de tiburones antiguos y otros habitantes marinos.